TELEVISIÓN Y
EDUCACIÓN: UN BINOMIO DE POSIBILIDADES.
A principios del siglo XX los
avances tecnológicos se desarrollan de manera notable y como consecuencia las
prácticas comunicativas se consolidan a partir de los medios de comunicación
masiva existentes como la radio, la fotografía o el cine, siendo este último
uno de los medios con mayores posibilidades en la educación.
Las imágenes en movimiento del
cinematógrafo, casi a la par del surgimiento de la comunicación educativa,
inician sus primeras proyecciones con fines educativos en 1922 a través de los
talleres cinematográficos de la SEP.
Con el propósito de fomentar el
uso del cine como medio educativo se forma en 1933 la Sociedad Pro-Cine
Educativo.
Contempla contenidos que tienen
algún tipo de interés formativo y/o educativo (temas de salud, tráfico,
economía, biología, idiomas,...) pero que por algún motivo no forman parte del
currículum escolar y van dirigidos a la totalidad de la población.
Este tipo de televisión trata de incidir sobre la formación de los receptores, modificando sus conocimientos, conductas, actitudes, etc., pero en cualquier caso se trata de influir educativamente sobre ellos. La definición de los objetivos no surge de planteamientos estrictamente pedagógicos, pero ello no significa que no sean asumibles a los más puramente pedagógicos.
Este tipo de televisión trata de incidir sobre la formación de los receptores, modificando sus conocimientos, conductas, actitudes, etc., pero en cualquier caso se trata de influir educativamente sobre ellos. La definición de los objetivos no surge de planteamientos estrictamente pedagógicos, pero ello no significa que no sean asumibles a los más puramente pedagógicos.